Está comprobado que el aceite de oliva extra virgen tiene muchos beneficios para la salud: protege el corazón, previene el envejecimiento, ayuda a disminuir el índice de masa corporal, fortalece los huesos y controla la presión arterial.
A todo lo mencionado, ahora se le suma un efecto que reacciona contra la bacteria helicobacter pylori, que está asociada con la inflamación de la mucosa gástrica y que produce gastritis crónicas, úlceras y cáncer gástrico.
El objetivo de la investigación de Andrea Celeste Arismendi Sosa fue buscar componentes naturales que eliminen la bacteria para frenar, en consecuencia, la infección gástrica. Así lo intentó con otros tipos de aceite, como el de girasol, y no dieron el mismo resultado.
El gran hallazgo entonces fue que el aceite de oliva es capaz no sólo de expulsar el microorganismo que causa las enfermedades gastrointestinales, sino también de eliminarlo, gracias a los polifenólicos que presenta.
¿De qué manera consumirlo para que sus componentes eliminen la bacteria inflamatoria?
Muchos recomiendan consumir una cucharada de aceite de oliva en ayunas para calmar la gastritis, formar una película protectora en el estómago que reducirá la acidez y favorecer la absorción de nutrientes.
Si no te animás, podés agregarlo directamente en tus platos de comida, aprovechando todos los beneficios que mencionamos en el comienzo y eliminando futuras inflamaciones gástricas.